La castración de los gatos consiste en la extirpación de sus glándulas genitales. Con la castración, nos aseguramos de que nuestro gato no se pueda reproducir más a partir de ese momento. Este método es irreversible, por lo que debemos tener muy claro si es la castración lo que deseamos hacerles a nuestros michis.
De este modo conseguimos que nuestro michi sea incapaz de reproducirse. Es la manera de evitar embarazos no deseados en casas donde tengan la pareja, o en caso de que su gata tenga acceso al exterior.
A qué edad hay que castrar a un gato
En realidad, tanto a nuestro gato, como a nuestra gata, se les puede castrar a cualquier edad. Normalmente se suele hacer cuando el gato llega a la edad de la adolescencia; entre los 4 y 6 meses de edad. Simplemente saber que las hembras se pueden quedar en estado a partir de los 4 meses. Y los gatos macho empiezan a interesarse por el mundo exterior y los olores nuevos a los 5 o 6 meses. Por lo que esperar mucho más tiempo en realizar la intervención es muy arriesgado.
Las gatas que no han sido esterilizadas, entran en celo por lo general en primavera o verano, y sus camadas pueden ser de hasta 8 o 9 gatitos.
Hay veterinarios que aconsejan la llamada castración temprana, que es a los 2 o 3 meses, que parece ser que no tiene efectos adversos.
Lo recomendable es llevar a nuestro gato al veterinario, y tras realizarle un examen clínico, él determinará el mejor momento para hacerlo.
Hay un mito que dice, que las gatas deben tener al menos una camada antes de su esterilización, pero recuerda que esto es falso y no es necesario.
¿En qué consiste la castración de un gato?
La castración de los gatos macho consiste en extirpar los testículos. A dicha intervención se la conoce por el término de orquidectomía. Por otra parte, la castración de las hembras consiste en la extirpación de los ovarios; a esta operación se le llama ovariectomía. Por otra parte, en el caso de las gatas, también es posible la extirpación de los ovarios y del útero, llamado ovariohisterectomía.
La castración influye directamente sobre las hormonas de nuestro gato. Lo cual, en caso de los machos se le está eliminando la principal fuente de testosterona. Y en el caso de las hembras se les excluye las glándulas de estrógenos y progesterona.
Es importante tener en cuenta que si decidimos castrar a nuestro gato, dispongamos de tiempo para observar su recuperación completa; y que puedas dejarlo en un lugar tranquilo durante el primer día.
Diferencias entre esterilizar y castrar a un gato
A grandes rasgos, la diferencia entre la esterilización y la castración es que una es reversible y la otra no.
La esterilización en gatos: Preservando la salud y el bienestar felino
La esterilización es un procedimiento quirúrgico común realizado en gatos con el objetivo principal de prevenir la reproducción. A diferencia de la castración, que es un término más amplio que incluye tanto a machos como a hembras, la esterilización se centra específicamente en las gatas. Este procedimiento implica la extirpación de los ovarios y, en algunos casos, también del útero.
La esterilización no solo contribuye al control poblacional, evitando camadas no deseadas, sino que también ofrece beneficios significativos para la salud y el comportamiento de la gata. Al eliminar la posibilidad de embarazos, se reducen los riesgos de enfermedades uterinas y mamarias, como infecciones y tumores. Además, la esterilización puede influir positivamente en el temperamento de la gata, disminuyendo comportamientos no deseados como el marcaje territorial y la agresión.
Este procedimiento generalmente se realiza cuando la gata alcanza la madurez sexual, alrededor de los cinco a seis meses de edad, pero es aconsejable consultar con un veterinario para determinar el momento más adecuado según las circunstancias individuales.
La castración en gatos: Promoviendo una vida saludable y equilibrada
A diferencia de la esterilización, que se centra en las gatas, la castración es un término que se aplica específicamente a los gatos machos. Este procedimiento implica la eliminación de los testículos, lo que no solo previene la reproducción sino que también aborda diversos aspectos del comportamiento y la salud del felino.
La castración es un método efectivo para controlar la población felina y reducir el riesgo de enfermedades relacionadas con el sistema reproductor masculino. Además, puede tener impactos positivos en el comportamiento, disminuyendo la agresión territorial, la tendencia al marcaje con orina y la búsqueda activa de compañeras en celo.
El momento ideal para realizar la castración es cuando el gato alcanza la madurez sexual, generalmente entre los cinco y siete meses de edad. Sin embargo, la edad precisa puede variar según la raza y la salud individual del felino, por lo que es recomendable discutirlo con un veterinario. La castración no solo contribuye al bienestar del gato, sino que también promueve una convivencia más armoniosa en el hogar al minimizar comportamientos no deseados.
¿Qué cambia en un gato cuando lo castran?
Tras esterilizar a un gato, hay, a grandes rasgos, dos cambios fundamentales. Uno a nivel de comportamiento, y el segundo a nivel físico.
A nivel de comportamiento, se volverá más tranquilo y amigable con otros animales. Estará más calmado por la falta de fluctuaciones hormonales. Y desaparecerá su instinto de territorialidad, por lo que dejará de marcar con orina para delimitar su territorio.
A nivel físico, dejará de tener celo, por lo que dejará evitaremos así que quiera escaparse de casa para reproducirse y criar; y se volverá más tranquilo, o tranquila en caso de las hembras.
Además, con la castración, evitamos ciertas patologías. Como problemas en testículos y la próstata, como en la matriz o los ovarios.
Uno de los inconvenientes que puede tener en ambos sexos es el aumento de peso; y por tanto el problema de la obesidad. Pero si se tiene en cuenta desde el principio, y con ayuda del veterinario y una alimentación adecuada, se puede llevar perfectamente.
Inconvenientes de castrar a un gato
Aunque la castración de gatos ofrece numerosos beneficios en términos de control poblacional, salud y comportamiento, es importante reconocer que existen algunos inconvenientes asociados con este procedimiento. Uno de los aspectos que los dueños de gatos deben considerar es el cambio en el metabolismo y la posible predisposición a la ganancia de peso. Después de la castración, algunos gatos tienden a tener un menor requerimiento energético, lo que podría llevar a un aumento de peso si no se ajusta adecuadamente la dieta y se fomenta la actividad física.
Además, es posible que algunos gatos castrados experimenten cambios en su pelaje y en la textura de la piel. Algunos pueden desarrollar un pelaje más denso o propenso a enredarse. Sin embargo, estos cambios varían según la genética individual de cada gato.
Otro inconveniente potencial es la alteración en el comportamiento alimentario. Algunos gatos castrados pueden mostrar un aumento en el apetito, lo que, si no se controla adecuadamente, podría contribuir al problema del aumento de peso.
Es crucial abordar estos posibles inconvenientes mediante una atención veterinaria continua, una alimentación balanceada y la promoción de un estilo de vida activo para asegurar el bienestar general del gato castrado. Cabe destacar que, a pesar de estos desafíos potenciales, los beneficios de la castración superan ampliamente los inconvenientes, proporcionando una vida más saludable y equilibrada para nuestros amigos felinos.
Personalmente, creo que esterilizar es un acto de tenencia responsable, ya que prevenimos muchos problemas de salud, evitamos así embarazos no deseados, y contribuimos a disminuir la cantidad de gatos abandonados. Déjame en los comentarios qué piensas tú al respecto.